lunes, 29 de junio de 2009

Una mañana para la cultura urbana

Jueves culturalmente alternativo y deportivamente extremo. Las canchas y el coliseo de la Universidad San Francisco de Quito fueron el escenario perfecto para concursos y demostraciones de skateboarding, biking, Kempo, Capoeira e incluso breakdance.

Mientras prepara sus músculos, antes de entrar en escena, Andrés Arellano detiene su mirada en la rampa de biking. El ciclista, hará uso de su valor e intrepidez para saltar sobre los 9 metros de altura.

Snickers, la reconocida marca mundial de chocolates, estuvo a cargo de la organización y desarrollo de esta jornada dedicada a la cultura urbana y deportes de riesgo. “Para ingresar se debe presentar la envoltura de cualquier producto de Snickers” comentó Andrés.

Espacios adecuados con alfombras antideslizantes estaban prestos para que los miembros del club de Kempo (artes marciales de Japón) inicien su primer acto.

Al mismo tiempo, en el coliseo los jóvenes acróbatas montaban sus patinetas para deslizarse sobre un tubo de acero y rampas semicirculares. La emoción aumentaba con cada salto. Tanto participantes como espectadores sintieron la adrenalina.

Para hacer skateboarding sólo se necesita un monopatín y una calle o espacio donde se pueda rodar libremente. Es por ello que este deporte está relacionado a una cultura callejera y urbana.

Llegado el momento Silvia Campos, vistiendo pantalón corto y camisa blanca, choca la mano con su compañero y comienza su actuación. En Capoeira se demuestran habilidades que implican tanto baile como una buena condición física.

El Capoeira nació en las barracas de los esclavos africanos que fueron llevados a tierras brasileras con el descubrimiento de América. Un baile que es rito y ritmo a la vez. Una señal de protesta basada en el uso de las artes marciales y el combate. Una fusión de música y expresión corporal.

Pero, en Capoeira los golpes son simulados, porque el combate como tal es ficticio.

Silvia se unió al grupo ZEMA que ofrece cursos de Capoeira a todos los jóvenes que les gusta mantener un estado físico saludable y que sienten pasión hacia la música y la cultura afroamericana.

Además de bailes y saltos en rampas, la cultura urbana estuvo representada por graffiteros que contaron con el espacio suficiente para plasmar una su ideología urbana a través de los aerosoles de color.

Las mujeres se llevaron la mayor cantidad de aplausos. Su participación en cada uno de los eventos evidenció el aumento del interés hacia vías de arte alternativo.

Para finalizar, los asistentes no quisieron conformarse con ver. Varias espectadoras realizaron increíbles movimientos sincronizados e improvisados que requiere el breakdance.

El Hip Hop, también de origen africano, surgió en los años 70 en barrios pobres de la ciudad de Nueva York.

El break dance es uno de los principales elementos del Hip Hop. Ha sido influenciado por ritmos como el funky, salsa, artes marciales pero en un mayor porcentaje por movimientos aeróbicos.

Por: Fernanda Morán
Video: Fernanda Morán

viernes, 26 de junio de 2009

Aprendiendo a marcar el paso

Miércoles 07:00. Un reducido grupo de estudiantes esperaba junto a los buses de Turismo.

Mochilas grandes, cargadas con fundas para dormir y un par de botas de caucho sujetadas improvisadamente. Uno a uno fue llegando hasta que la voz de mando autorizó la partida.

Cinco horas de viaje por delante. Entre juegos de barajas, actualización de chismes e incluso tiempo para dormir, los alumnos de tercero, sexto y octavo semestre de Periodismo de la UDLA continuaron el viaje hasta Shell. Una comunidad situada a 10 minutos del Puyo, capital de la provincia de Pastaza.
A las 12:00, luego de pasar por un sinuoso camino, incluyendo túneles oscuros y húmedos, un letrero que decía “Bienvenidos a Shell” anunciaba la llegada al destino esperado.

Pequeñas viviendas de un piso y techo de eternit, daban el primer indicio del lugar. Fuerte Militar “IWIAS” decían unas letras grabadas en una enorme placa de madera.

Una vez que los buses se estacionaron, cada uno de los tripulantes cargó su equipaje en hombros y manos. Bastante pesada resultó la carga, más aún para quienes “aseguraron” sufrir de una fluida variedad de dolencias corporales.

Para las 13:00 el hambre ya empezaba a protestar. El grupo fue dividido en dos. Las mujeres se formaron una tras de otra. “Enumerarse” gritó la fuerte e imponente voz del sargento Chiluisa.
El campamento militar “Iwias” acoge a más de 600 soldados, entre aspirantes, conscriptos, cabos, sargentos y tenientes. El color verde camuflage es el principal distintivo y decorativo del lugar.

Durante la primera formación se hizo la entrega de materiales especiales, de la milicia, para ser utilizados el día siguiente durante la estadía en la selva amazónica. Una mochila verde, cobija, hamaca-toldo, tela paraguas, poncho de aguas y una cantimplora se sumaron al equipaje de los estudiantes.

Nuevamente formados, en escala de tres, siguieron la fila para el almuerzo. Primero se debía tomar una bandeja plástica, luego los platos y un vaso metálico. Quien no llevó cubiertos debió esperar a que alguno de sus compañeros terminara de comer para usarlos luego.

A las 14:30 un grupo de uniformados conscriptos fueron llamados por sus superiores para cargar el equipaje de los recién llegados. Se deben bajar 150 gradas de cemento para llegar al campamento, conformado por tres cabañas de madera, cubiertas con techo de zinc.

Luego del almuerzo vino la emoción. Eran las 16:40 y tras hacer el intento por aprender a atar cabos, los estudiantes decidieron apostarle a la adrenalina. Sujetados por varios cabos especiales fueron descendiendo por la pista de salto. “¿Por quién va a saltar?” preguntaba otra voz, fuerte y atemorizante. “Por mi santa madrecita” respondió José Mieles, estudiante de sexto semestre, antes iniciar el descenso.

La noche estaba cerca. La lluvia se hizo presente. Todos estaban empapados. A los militares, el aguacero no parecía inquietarles en lo absoluto.
La merienda fue distribuida de la misma manera que el almuerzo. Por un momento, escenas de la película “Pantaleón y las visitadoras” fueron representadas en la expresión de los cientos de soldados que admiraban boquiabiertos a las jóvenes citadinas que habían llegado al campamento.
Los “IWIAS” conocidos como “Demonios de la Selva” son nativos de Pastaza. En un gran número han pasado a formar parte de las filas militares del Ecuador. Por su espíritu aguerrido y su valor, son considerados como los mejores soldados de guerra.

Después de la merienda los estudiantes fueron trasladados a un lugar especial. Con plumas en la cabeza, cubierto únicamente con una falda de bejucos, el shaman y teniente Aguinda, estaba presto para iniciar la limpia. Un ritual acostumbrado por los nativos para enviar buenas energías a los soldados en ciertas actividades riesgosas.

Eran las 20:00. Parecía que la lluvia iba a acabar con el techo. Tanteando a ciegas las piedras, para no tropezar en el camino al campamento, los estudiantes caminaban guiados por los sargentos y una sola linterna. Las últimas instrucciones fueron dadas y cada quien preparó su bolsa de dormir hasta cuando se apagaron las luces.

"A levantarse señoritas. En 20 minutos salimos" anunció el teniente Benalcázar, el duro entre los duros. A las 04:00 resulta un tanto difícil despegar los párpados. Todo lo necesario debía estar listo y empacado en la maleta verde.

Una vez que todos desayunaron empezó la caminata. Troncos delgados e inestables formaban parte del camino enlodado y fangoso. “Selva” gritaban los chicos cuando alguno caía en el lodo.
La lluvia no quiso perderse la travesía. El poncho de aguas ya casi no protegía las espaldas cansadas por el peso del “material de supervivencia”.

Dar un paso resultaba tedioso por el lodo y las piedrecillas que se incrustaban en cada caída.
Para las 10:00 el shaman Aguinda hizo una demostración sobre medicina natural de la selva. Un brindis con licor de hierbas amenizó el ambiente mojado.

“Si un soldado se pierde en la selva debe saber cómo sobrevivir” afirmó el teniente Benalcázar, mientras explicaba cómo construir trampas para cazar animales, sea en la tierra o en el agua.

Al parecer el clima no benefició mucho al aprendizaje. El reloj marcaba las 14:00 y nuevamente los estómagos se alzaban en protesta. “El mejor manjar de los dioses” afirmó Belén Rosales, de octavo semestre, al probar el primer bocado de carne de mono asada.

El arroz fue cocinado en pedazos de caña guadua. “Es la chicha más deliciosa que he probado en mi vida” comentaba la profesora Martha Córdova con uno de sus estudiantes.

El hambre había sido aplacada. La caminata debía continuar. Pronto serían las 15:45 y la siguiente parada fue en un pequeño zoológico, construido por los soldados.

Monos araña, pericos, loros y cuchuchos se paseaban por las pequeñas chozas que formaban parte de aquel acogedor espacio.

“Deben aprovechar la luz del sol para armar las hamaca-toldos” ordenó el teniente. Fue ahí cuando comenzó la verdadera tarea difícil.
Templar cada una de las puntas de tela de la hamaca para amarrarlas a dos o tres árboles cercanos, que debían coincidir en una posición paralela.

18:00. El hambre nuevamente se manifestaba y la oscuridad empezaba a alojarse entre las ramas de los árboles.

Puñados de arroz, latas de atún, galletas de sal y sobres de sopa instantánea fueron entregados a cada uno de los jóvenes.

“Nunca antes había vivido algo así” dijo Juan Carlos Puebla, tercer semestre, luego de preparar la sopa en una de las pequeñas ollas metálicas. Utilizando las latas, algodón y repelente obtuvieron fuego.

El reloj parecía tener pereza. Los minutos pasaban lentamente.

“Es hora de dormir señores” dijo la misma voz de mando del teniente.

Apenas eran las 24:00 y conciliar el sueño era imposible. La hamaca dejó de serlo y se convirtió en piscina. La lluvia se filtró en la tela para-aguas. La cobija, por ende, estaba ensopada.

El frío congelaba los pulmones. Se podía escuchar claramente a los grillos silbar, mientras algunos animales caminaban rápidamente debajo de las hamacas.

El descontento no se hizo esperar. Sólo 15 de los 72 estudiantes decidieron apostarle a la hamaca toldo. Los demás tomaron algunas de sus cosas y se reunieron en las chozas del zoológico para pasar la noche.

Jueves 04:15. “Diez minutos para salir” ordenó el teniente Benalcázar. Si durante el día la caminata en el lodo resultó complicada, en la oscuridad fue peor.

En medio de reclamos y quejas a las 06:30 estuvieron todos de regreso en el campamento.
Mojados, cansados, y algunos furiosos, los estudiantes de la UDLA recogieron su equipaje.

Catimploras, ponchos de agua, vajillas perdidas. Dos dólares extra fue el monto que canceló todo el grupo debido al “descuido” de algunos compañeros.

Una prueba no superada. La supervivencia fue utópica. Pero la experiencia única e irrepetible.


Por: Fernanda Morán


lunes, 22 de junio de 2009

África presente en los ritmos ecuatorianos

Dentro de las manifestaciones culturales más representativas de los pueblos afroamericanos en nuestro país, la marimba constituye una hermosa danza conjugada con ritmo, música y seducción.

La marimba proviene de África, se deriva de un instrumento denominado rongo empleado por tribus de Angola para hacer sus ceremoniales.

Pero, los instrumentos musicales afroesmeraldeños son la marimba, el bombo, el cununo, el guasa y las maracas. La marimba, como tal, es un instrumento elaborado con cortes de caña y madera , partidos por la mitad, dispuestos en un soporte a manera de mesa. Cada mitad de caña se ubica por tamaño, son sujetadas con delicados y finos clavos. Su forma es similar a la de un xilófono.

Laboriosos maestros artesanos se encargan del diseño, corte y ensamble de cada uno de los instrumentos musicales de la marimba.

En la marimba se evidencia la fusión de la cultura africana y americana. Su baile y ritmo son únicos, reflejan la identidad de la provincia de Esmeraldas, ubicada a seis horas de la capital, Quito.

El bombo también juega un papel importante, porque acompaña al sonido de la marimba en programas religiosos y actos solemnes. Exige mayor habilidad en sus intérpretes.

Pero los ritmos africanos no sólo están presentes en la región Costa. Recorriendo la serranía, en el límite de las provincias de Imbabura y Carchi se encuentra el Valle del Chota tierra caliente, árida y cuna de los mejores futbolistas del Ecuador.

Su población es 97% de raza negra. Viven de la siembra de maíz, recolectan frutos como los obos y el achotillo. Que luego son vendidos por las mujeres en grandes tinas plásticas, que con admirable equilibrio llevan sobre su cabeza.

Sin duda alguna el ícono que simboliza la cultura del Valle del Chota es la bomba. Un ritmo producto del mestizaje cultural que ha vivido el pueblo negro del sector.

En la bomba se fusionan ritmos indígenas como el pasacalle y el albazo, pero sobre todo predomina el sonido del requinto, la guitarra e instrumentos tropicales como el bombo, maracas, sonajas y sobre todo la misma bomba, hecha en caña guadua y piel de chivo.

Para bailar la bomba se debe poseer un dote de gran equilibrio, las mujeres mueven sus caderas con gran rapidez y agilidad, mientras en su cabeza sostienen una botella de vidrio.

Al igual que la marimba, la bomba muestra claras raíces de la herencia africana, en donde la coreografía y el canto muestran escenas de la cotidianeidad de los pueblos negros en el Ecuador, mezclados con poesía y versos líricos.

La vestimenta varía según la región y el ritmo. En la marimba, las mujeres usan faldas grandes y blusas blancas con pliegues de colores. Los hombres, pantalones cortos, hasta las rodillas, sombreo de paja, camisa de colores.

La bomba es un ritmo que ha trascendido el regionalismo y los límites entre provincias, llegando a establecerse como un ritmo nacional. Para bailarlo se debe saber mover las caderas y contar con bastante gracia y equilibrio.

Por: Fernanda Morán
Video: Fernanda Morán

Teatro: Yo a usted la Quiero a Morir

Vestida de blanco. Una cinta de cuero dorado bordea su cintura. Tomada de la mano de sus amigos y colegas, la actriz ecuatoriana Martha Ormaza recita una oración para que las buenas energías la acompañen antes de que se levante el telón.

A pesar de haber estudiado Derecho, el teatro ya corría en sus venas. La pasión por el arte la heredó de sus antepasados. Un tío percusionista, siete tías abuelas monjas dedicadas a la pintura son parte de un extenso mapa genealógico en el que predominó el amor hacia el arte.

Anoche, Martha Ormaza vio su sueño cumplido. Por primera vez llevó a cabo una obra teatral de su autoría, en donde el personaje principal fue la Libertad.

Gemidos, lamentaciones y gritos de “Libertad y fuego”, dieron inicio a una obra de género épico, en donde un soldado libra una batalla con aquella hermosa dama que enloquece al raciocinio humano, muchas veces cegado por un amor que no alcanza a medir ni a justificar su acciones.
El Palacio de Cristal, perteneciente al Centro Cultural Itchimbia, fue el escenario de una interpretación artística con sello nacional. Percusión en vivo, un violoncelo, lluvia de estrellas, un triángulo musical y la conga fueron los instrumentos que, junto a efectos de sonido computarizados, recrearon cada escena de la primera producción teatral de una de las marujitas.

“Yo quisiera hasta cambiar de nombre para que nadie más muera por mí” exclamó la Libertad, personaje interpretado por la misma Martha. El papel del soldado lo realizó el actor argentino Juan José Gatto.

Al caer el telón los artistas reciben los aplausos del público y unos cuantos ramos de flores. Nuevamente se toman de las manos, sonríen y se abrazan unos con otros.

La Quiero a morir es una “mezcla experimental” de actuación combinada con coros y sonidos en vivo. Para Freddy Coello, miembro del Coral Amaralto, participar en la obra fue una experiencia interesante porque su actuación fue tanto coral como también actoral. “La vestimenta del coro fue negra porque representamos la neutralidad. Somos parte de la conciencia del público” comenta Freddy mientras retira el antifaz que cubrió su cara durante la presentación.

Juan José Gatto nació en Buenos Aires, Argentina. A los tres años subió a un escenario y desde entonces el teatro ha sido su móvil y la fuerza que incluso lo trajo al Ecuador. A su parecer las cosas deben hacerse por gusto propio y voluntario. “Cuando arranca la obra sientes como si estuvieras en un tren y te invade la adrenalina” comenta el intérprete del soldado desconocido, quien asegura “el artista debe ser impermeable y lograr conmover al espectador”.
Mientras se abraza con sus amigos y familiares, Martha les expresa su agradecimiento y felicita al talento que la ayudó en el logro de su sueño. “Es el público y son los críticos quienes podrán decidir si el acto estuvo bonito o no” responde Martha a la pregunta de un periodista.
“La actuación es sublime. Es mi vida, es mi aire y mi pan de cada día” dice Martha con emoción, mientras explica que la obra surgió a raíz de su proyecto de Tesis, que se basó en la Libertad.

La actriz confiesa que mientras está en el escenario sus sentimientos son distintos a sus emociones cotidianas.

“La libertad quiere que los hombres se den cuenta que es algo efímero, y que de pronto no merece que ellos sacrifiquen su vida por una utopía” son las palabras que reflejan la idea central que la actriz quiso expresar en su primera obra.

María Fernanda Moncueco es la administradora del Centro Cultural Itchimbia, un espacio público que pertenece al Distrito Metropolitano de Quito. “Estoy emocionada por el proyecto, porque ya lo conocía y nos encantó colaborar en la organización” manifestó.
“El nivel y calidad de la actuación ecuatoriana está muy bien representada por nuestros talentos, quienes quisieron transmitir una idea que involucra una realidad en la que día a día hay muertes” dijo Santiago Álvarez, quien acudió al evento en compañía de sus padres.
“La Quiero Morir” se presentó este sábado 20 de junio Palacio de Cristal. La obra contó con el auspicio del Fondo de Salvamento (FONSAL), Fundación Quito Bicentenario 1809-2009, Centro Cultural Itchimbia y Electrolight.

Por: Fernanda Morán

The Eagles- New Kid in Town








The Eagles -Hotel California








lunes, 15 de junio de 2009

Influenza AH1N1: Una Pandemia anunciada

Hasta los últimos días de marzo el mundo pudo respirar con tranquilidad. Para entonces el término pandemia no podía ser mencionado, con el afán de no adelantarse a los hechos.

México fue el primer sorprendido al presentar no solo los primeros contagiados con un extraño virus de influenza, sino por reportar más de 130 muertos en ese país. Escuelas, bares, restaurantes y ciudades completas fueron cerradas. El comercio externo, así como la salida e ingreso de personas hacia México fueron los principales componentes de un bloqueo obligatorio para tratar de evitar la propagación de la mal denominada gripe porcina.

El virus de la influenza pertenece al subtipo H1N1. Los cerdos son los principales portadores de esta cepa. Pero también son propensos a contagiarse con más de un virus al mismo tiempo, como el de influenza aviar y humana. La mezcla entre los genes de estos virus puede originar un nuevo virus re-asociado con características agresivas que atacan al sistema inmunitario humano.

Inmediatamente Estados Unidos se sumó a la lista. Tres casos, uno en Texas y otros en Miami. La onda expansiva apenas comenzaba a tomar impulso para su despegue y propagación mundial.

¿Cómo ocurre el contagio con influenza de origen porcino?

Las personas que están en contacto con cerdos podrían adquirir inicialmente el virus que se propaga con la misma rapidez y facilidad que el de la gripe habitual.

¿Por qué ha ocasionado más de 150 muertes?

Este nuevo virus, al ser producto de una mutación genética, disminuye las defensas del organismo. Su acción podría ser comparada al virus de VIH (sida) porque aprovecha la situación del sistema inmunitario para desencadenar enfermedades graves como pulmonía o neumonía.

Las personas que fallecieron en México y Estados Unidos no acudieron a un hospital a recibir control médico indispensable en las primeras 48 horas, en las que se administran los fármacos Tamiflu o Relenza. Además, sufrían de afecciones respiratorias como asma, lo cual agravó los cuadros de contagio con la cepa AH1N1.

Uno de los tabúes generados a raíz de la aparición de esta nueva enfermedad, fue atribuir la causa de contagio al consumo de carne de cerdo, lo cual fue desmentido por los científicos. La carne al ser sometida a temperaturas superiores a los 70 grados centígrados elimina toda clase de virus o impurezas, quedando libre de agentes patógenos.

Algunos países suspendieron las importaciones de carne de cerdo desde México, e incluso la comercialización de la misma dentro de esos países.

Si bien es cierto que hasta hoy son más de 20 000 las personas infectadas en alrededor de 74 países, recién el pasado 12 de junio la Organización Mundial de la Salud decretó el grado de Pandemia, la primera del siglo XXI. Inmediatamente, su directora, Margareth Chan, pidió a las grandes farmacéuticas el inicio inmediato de la producción de una vacuna.

Para elaborar una vacuna se debe acceder a todo el material genético de un virus. Los científicos estaban esperando que se de esta luz verde para elaborar la vacuna, pero la cepa de este nuevo virus de influenza ha resultado difícil de descifrar.

Las últimas declaraciones de la OMS señalan que para el mes de Octubre la farmacéutica suiza Novartis podría proveer las primeras dosis de la vacuna.

Está claro que no somos inmunes al virus AH1N1, por lo cual se deben aplicar medidas de higiene necesarias para evitar el contagio. Lavarse las manos permanentemente, incluso debajo de las uñas. Usar una mascarilla. Taparse la boca con un pañuelo al toser o estornudar. Sobre todo, se debe acudir al médico si se presenta fiebre, dolor de cabeza y muscular, vómito y dificultad al respirar.

Aumentan los casos en Ecuador

El 15 de mayo fue confirmado el primer caso de contagio con influenza de origen porcino. Un niño de 12 años regresó al país luego de haber viajado a Miami, Estados Unidos. Pese a las disposiciones emitidas por el Ministerio de Salud Pública, los padres del niño permitieron que asista regularmente a clases cuando el menor ya presentaba síntomas.

Actualmente son 84 los casos de personas infectadas con la influenza AH1N1. El Hospital Eugenio Espejo, en Quito, y el Hospital de Infectología, en Guayaquil, cuentan con salas de acceso restringido en las cuales se internarán a los infectados.

Al primer síntoma de gripe es necesario acudir a cualquiera de esos dos hospitales para que se realice el análisis de secreción nasal que afirma o niega la presencia del virus.



Por: Fernanda Morán




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viernes, 12 de junio de 2009

JUAN DE DIOS MORALES

“A morir y vencer por honor”

Mirada penetrante y segura. Pequeño de estatura, pero grande y altivo; de espíritu libre, familia distinguida y buena posición social. El alma de la revolución y la independencia del 10 de agosto de 1809, cobra vida en esta edición especial del Bicentenario, para contar algunos detalles de aquella noche y las consecuencias de dicha revuelta.

Nacido en Antioquia (Colombia) el 13 de abril de 1767, el Doctor Juan de Dios Morales se convirtió en el nervio principal del levantamiento, la noche del 9 de agosto, en la casa de Manuela Cañizares. Alrededor de sesenta personas se reunieron en el lugar que quedaba junto al Palacio y al Cuartel General, sitio no muy apropiado para llevar a cabo la idea independentista.

El Doctor en Derecho se caracterizó, siempre, por infundir confianza entre la sociedad y sus seguidores; aunque aquella noche, en la que algunos asistentes pretendieron retirarse de la reunión, tuvo que actuar de manera distinta para que todos los planes resultaran como estaban previstos. Tomó una escopeta, se situó en la puerta de la habitación y amenazó con la muerte al que intentara salir.

Estaba amaneciendo, el sonido de los pájaros indicó a los libertarios que llegó el día. Se iba a marcar una de las fechas más importantes para la historia ecuatoriana. El 10 de agosto selló la nueva era de emancipación política que llegó a la América española y el Doctor Morales tenía, ya definidos, los personajes principales de los seis barrios de Quito, para que actuaran como diputados del pueblo.

Un nuevo gobierno quedó constituido. El Presidente de la Junta fue el Marqués de Selva Alegre; el obispo José Cuero y Caicedo se quedó con la Vicepresidencia y los Ministros de Estado fueron el Doctor Juan de Dios Morales, Manuel Quiroga y Juan Larrea. Y ese mismo día comunicaron los motivos y propósitos de la revolución al Ayuntamiento de Caracas y al Virrey de Nueva Granada.

“Un derecho que conoce sus derechos, para defender su libertad y su independencia ha separado del mando a los intrusos, y está con las armas en la mano, resuelto a morir o a vencer, no reconoce a más juez que a Dios, a nadie satisface por obligación, pero lo debe hacer por honor”. Así comienza, Morales, el Manifiesto de la confirmación de la victoria del 10.

El ambiente se pintó de colores oscuros. Llegó la contrarrevolución de Riobamba; la traición de Alausí; la llegada de tropas del Norte y Sur; la falta de apoyo de Cuenca y Guayaquil y por último el Presidente español Ruiz de Castilla permitió el encarcelamiento de todos aquellos que habían tomado parte en la revolución, uno de ellos, Morales.

Alrededor de 100 patriotas fueron sentenciados y llevados al Presidio del Cuartel del Real de Lima. Un grupo de hombres, la mayoría del pueblo, no aceptó la decisión y asaltó el Cuartel. La arriesgada hazaña tuvo éxito, pero no creyeron que el jefe de los granadinos abriría de un cañonazo, un hueco, en la pared medianera de los dos cuarteles y así caer por la espalda a los asaltantes.

Pocos presos que estaban libres y el pueblo que asaltó el Cuartel huyeron horrorizados de la sorpresiva llegada de los granadinos. Más de sesenta patriotas fueron degollados sin misericordia y entre ellos estaba uno de los líderes de la emancipación, el Doctor Morales, quien derramó su sangre el 2 de agosto de 1810 dejando un altar de sacrificio y patriotismo.

Después de este especial, el Doctor Juan de Dios Morales retorna a las páginas de los libros de historia del Ecuador y de América, para que su vida, sus hazañas, su honor y lealtad sigan contándose durante 200 años más.